A los científicos del Instituto de Biología molecular de rosario.
No podemos ocultar nuestro orgullo de rosarinos, por
la distinción recibida, que mereció toda una página del diario la capital del
día de la fecha, y el aliciente que este
significa para seguir investigando.
Además el hecho que la Agencia Nacional de
Promoción de Ciencia y Tecnología haga un importante aporte económico para la
adquisición de equipamiento para avanzar en sus investigaciones, seguramente
les facilitara su tarea.
Sabemos además que han sido seleccionados, entre
otros avances, por conformar una plataforma de diseño de fármacos orientados a
medicamentos para tratar enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y Parkinson.
Quisiera además que me permitan hacer dos
consideraciones.
Primero la admiración que nos despiertan personas
como ustedes, que con un sueldo que definitivamente no representa un incentivo
extremo, sirven al prójimo investigando, capacitándose, y propiciando
iniciativas que ayuden a alcanzar un bienestar sustentable a personas que
padecen diversas enfermedades.
Nos decimos un país solidario, y la evidencia que
sustenta esta hipótesis tiene que ver que cuando se generan programas que
tienen alcances mediáticos, como un sol para los chicos y otros, la gente
colabora.
Creo sí, que allí hay una mezcla de cosas, donde
no deja de estar presente el cholulismo.
Pero las acciones repetidas, diarias, que gozan en
la mayor parte del anonimato popular, deben tener como motor, o una profunda
misericordia, o esta llama que se enciende en algunos de los corazones humanos
que intenta dejar en su temporal paso por la tierra algo que perdure, que permanezca.
De todas maneras en ambas ocasiones se transforman
en hechos que representan la verdadera solidaridad. Esta que encarnan un bajo
porcentaje de nuestra población, y que la mayoría de nuestros compatriotas en
largos periodos de tiempo ignoran.
Por eso deseamos que estos gestos, contagien,
entusiasmen e incentiven a muchos a tener por lo menos un acto solidario
diario, porque contribuir ayudando a tu prójimo, tu vecino, tu compañero de
trabajo, indefectiblemente te acerca al ideario bíblico y consecuentemente hace
más significativo el paso por la vida.
Pero también alguna declaración, nos asusta un
poco. Cuando comienzan la manipulación de moléculas, modificación de ADN, y
otros términos que nuestra escasa información y formación nos impide entender,
comenzamos a dudar.
Por eso no podemos hacer una reflexión concluyente
en este punto, pero si nos permiten quisiéramos que nos escuchen.
Creemos que es peligroso jugar a ser dios. Hay
avances entre comillas de la ciencia que nos producen estupor.
Cuando el hombre juega a ser creador con la
clonación, cuando se pone en el papel de dios con la “muerte digna”, o se disfraza de jake el
destripador con “la interrupción del embarazo, nos produce rechazo.
Esa ciencia no queremos, no queremos que sus
investigaciones produzcan hallazgos que luego se vuelvan contra nosotros.
Admírense de la perfección de la creación y
piensen que tiene un límite, un límite tangible, un límite fácilmente
detectable y ese límite se llama dios.
Atentamente la carta.
Claudio Pagura
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