martes, 26 de agosto de 2014

La Esposa del Pastor - 1ra. Parte - Sara Siccardi de Diaz


LA ESPOSA DEL PASTOR

Por Sara Siccardi de Díaz
Al sentarme ante la máquina para escribir este artículo la primer pregunta que vino a mi mente es: ¿Qué puede escribir una esposa de pastor sobre "la esposa del pastor"? EL problema en este caso será escribir en forma objetiva e imparcial, no entrar a una actitud defensiva y que no se convierta este apunte en una polémica "Apología de la pobre esposa del pastor". Por otro lado, desfilan por mi cabeza los rostros de muchas esposas de pastores que conocí a lo largo de mi vida. Desde mi infancia las visitas que más frecuentaba nuestro hogar eran pastores y sus familias, ya que mis padres también fueron pastores. Lo mismo sucedió y sucede en mi hogar de casada. La gama de personalidades. que conocí en este rubro es
bastante amplias.

Resueltas y dominantes
o apocadas
Consagradas
o livianas
Trabajadoras
 o haraganas
Simpáticas
o antipáticas
Tiernas
o duras
Gozosas
o amargadas
Victoriosas
o derrotadas
Eficientes
o inoperantes
Sabias
o necias
Serenas
o nerviosas
Rebeladas
o resignadas
Radiantes
o apagadas
Dulces
o agrias
"Compañera idónea"
o no tanto
Pero aún estando encuadradas en alguna de estas semblanzas, o atravesando una etapa así, todas ellas estaban conscientes de la singular misión a la cual habían sido convocadas. Porque debemos decir, en rigor de la verdad, que no es nada fácil ser una buena esposa de pastor, menos aún, una esposa de pastor perfecta. Porque no existe un patrón universal sobre lo que debe ser una esposa de pastor ideal. Este varía según los valores y criterios que se manejan en los diversos grupos cristianos y que merecen todo nuestro respeto, aunque no estemos de acuerdo con algunos de ellos. Por ejemplo, en algunos grupos se valoriza a la esposa de pastor mujer - orquesta, super - estrella. O sea, aquella que es muy activa en la Obra, que está en todo: la música, la tarea entre los niños, adolescentes, jóvenes, mujeres. En los eventos: bautismos, casamientos, fiesta de Navidad, Pascua, retiros, encuentros. Que enseña, toca el órgano, dirige el coro, redacta el boletín, predica, organiza, dirige y supervisa todo. ¡Si no es así, no es "ayuda idónea"! En otros grupos, por el contrario, se valoriza a .a mujer - sierva, la que sirve té a todo el mundo, hospeda a todo visitante, cocina en todos los campamentos, se sienta en el último banco y tiene una sola respuesta a los que le preguntan algo de la Obra "No sé nada del asunto. Pregúntele a mi esposo". ¡Si hace lo contrario a esto se la puede juzgar como entrometida y que maneja ella al pastor! En otros grupos es primordial que manifieste y ejerza los dones del Espíritu Santo. De no ser así y si en la congregación hay otra mujer con dones destacados, ésta será más respetada y tenida en cuenta que la anterior. Por el contrario, en otros casos, si la señora del pastor tiene un acusado don carismático o no, se la mira con recelo, no sea cosa que se ensoberbezca (lo que bien podría ocurrir) y sea ella "el poder detrás del poder" y gobierne la iglesia. En otros grupos lo más importante es que haga muchas visitas. Algunas piensan que tienen que complacer a todo el mundo para ser aceptadas y amadas. Otras piensan que hay que- poner distancia y no dejarse avasallar. Unas son muy, criticadas y aún rechazadas y otras son admiradas y amadas. También he visto a muchas (y yo mismo lo he pasado) entrar a períodos de agotamiento, depresión y aún surmenaje. Y he visto a otras superar valerosamente aún alegremente las presiones inherentes a esa particular misión, tales como sueldos inadecuados en muchos casos, críticas, incomprensión, expectativas exageradas, comparaciones odiosas, "bajones" del esposo, agendas sobrecargadas, fracasos, ilusiones rotas, y las inevitables "lágrimas del sembrador". (Salmo 126:6)
Todo esto conforma un cuadro bastante sombrío, ¿verdad? Pero, no quise enredarme en una plática irreal, mística o utópica. Todo lo que he mencionado lo he visto con mis propios ojos y algunas cosas las he vivido muy de cerca o en carne propia. Pero es mejor que enfrentemos la realidad, aunque sea descarnada, para que a partir de ella busquemos juntas el camino del equilibrio y de la victoria. Porque... ¡aquí está la otra cara de la moneda! ¡Hay VICTORIA! ¡Alabado sea el Señor! ¡Realmente lo hay! No cabe duda que el Señor puede y quiere llevamos a ser lo que todas aspiramos: una señora de pastor contenta, feliz, ubicada, eficiente, digna, una verdadera "ayuda idónea".           .
Al entrar de lleno a considerar este asunto, seguramente no vamos a agotar el tema. Pero vamos a analizar algunos puntos importantes partiendo de estas tres preguntas:
¿Qué significa ser esposa de pastor?
¿ Qué responsabilidades y qué privilegios involucra?
¿Cómo obtener la victoria?
Por esto hemos dividido este estudio en tres partes:
El costo de ser esposa de pastor
El gozo de ser esposa de pastor
Buscando la victoria como esposa de pastor 

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