martes, 5 de agosto de 2014

SR. MINISTRO DE EDUCACION DE LA NACION - EDITORIAL DEL PROGRAMA RADIAL – LA CARTA – FM COMUNIDAD SUR 94.3


EDITORIAL DEL PROGRAMA RADIAL – LA CARTA – FM COMUNIDAD SUR 94.3

Sr. Ministro de Educación de la Nación
Dr. Alberto Sileoni
Sra. Ministra de Educación de la Provincia
Letizia Mengarelli

Me dirijo a ustedes, para expresarles mi parecer, y creo el de gran parte de nuestro pueblo acerca de la aplicación de la ley nacional 26150, con adhesión de los gobiernos provinciales a través del concejo federal de educación.
En principio coincido totalmente en la necesidad de que nuestros niños sean educados apropiadamente para tener una conducta sexual sana emocional y física, que los ayude a desarrollarse como personas en el futuro.

Me preocupan si, algunos aspectos de la ley y de la publicación “lineamientos curriculares para la educación sexual integral”.
En primer lugar la ambigüedad de la ley da lugar a que al amparo de la misma, se cobijen  posturas diversas y considero que la extremada diversidad sirve para la nula instalación de valores en la vida de los educandos.
En el artículo 1 y 9 de la norma, mencionan la articulación de los aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos. Los cuatro primeros podrían discutirse, especialmente referenciando el lugar donde estamos parados para efectuar los análisis requeridos, pero el que más me preocupa el aspecto ético.
De que ética me están hablando, de la ética que reparte preservativos en los colegios, o de la ética que llama familia, a asociaciones diferentes a la que la creación ha establecido, y a la que llama “matrimonio igualitario” dándole nombre de conquista social, a algo que definitivamente no puede ser considerado como familia.
Como cristianos no estamos de acuerdo con la ética del aborto, de la eutanasia, de la diversidad que ampara solamente una parte de la historia, de la relación sexual hedonista, y creemos que la sexualidad debe ser vivida y disfrutada en el ambito del matrimonio, limite que el creador ha puesto e instaurado para nuestra propia salud mental, emocional y física, que la abstinencia prematrimonial es un bien invalorable.
En segundo lugar y queriendo no extenderme en muchos más aspectos, en el articulo 9 legisla que “deberán organizar en todos los establecimientos educativos espacios formativos para los padres o responsables que tienen derecho a estar informados”. Yo como padre no quiero que me informe, quiero que me escuchen porque yo quiero educar sexualmente a mis hijos en mi casa, con mis valores cristianos. No quiero que otros valores sean establecidos en la vida de los niños, porque las sociedades que se han abierto a sexualidades liberales, pagan la consecuencia en el desdibujamiento de la necesaria imagen de la familia.
No quiero que animen a mis hijos a que miren con simpatía un nuevo tipo de familia, que no es tal. Por supuesto que cada uno tiene derecho a vivir la vida en esta tierra, de acuerdo a lo que bien le parece, aun sin poner en consideración que cada uno un día va a dar cuenta delante de su creador, acerca de la manera en que condujo sus pasos. Pero yo quiere poder enseñar y no pelear con la escuela acerca de valores que quiero, sean establecidos por las familias.
En definitiva, escúchennos, dennos la posibilidad de elegir que cosas queremos que enseñen a nuestros hijos, escúchennos y no nos hagan sentir como es habitual que nuestra opinión no vale, escúchennos y por sobre todas las cosas escuchen a dios que a través de su palabra nos enseña cómo se hacen las cosas.


Claudio Pagura

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