EDITORIAL DEL PROGRAMA RADIAL – LA CARTA –
FM COMUNIDAD SUR 94.3
Al grupo de personas a las cuales llamamos ídolos
No sé si ustedes
saben, que muchos en nuestro país y en
otros países, por ser ídolos populares los tienen como referentes.
Referentes según
algunos diccionarios significa cosa o persona tomada como modelo o patrón de una actividad.
Por lo tanto son observados, admirados y venerados, posición
de la cual no reniegan y en la cual, por lo menos así se percibe, se sienten
gustosos.
Ahora, no sé si han notado que esto no significa un cheque
en blanco para decir cualquier cosa, o hacer cualquier cosa.
No significa que dado su nivel de exposición o su habilidad
para el manejo de ciertas virtudes distintivas en distintas facetas de la
actividad humana, puedan conducirse de cualquier manera a riesgos de ser
imitados.
Debería por lo menos cargarlos de una mayor responsabilidad.
Saber que son observados, imitados y tomados como “modelo o patrón de
actividad”, debería hacerles entender que todo lo que hagan va a tomar una
trascendencia inusitada y por lo tanto deberían cuidarse un poco más.
Lamentablemente no contamos en general con referentes que
den ejemplos sanadores para una sociedad enferma.
Los excesos, los descontroles, los vaivenes morales, la soberbia,
caracterizan a la mayoría de nuestro ídolos.
Claro, ustedes creen que todo se les perdona, todo se
minimiza, porque el buen aporte que hacen en otro sentido, revierte la balanza
a su favor.
Pero no es así, ustedes comunican todo. Si practican una
endeblez moral, eso comunican, si sus relaciones humanas son gobernadas por la
beligerancia, generan relaciones conflictivas. Si sus adicciones toman estado público, la gente piensa de drogarse o
alcoholizarse no esta tan mal.
Si se tiran de un quinto piso, alguno va a querer imitarlos.
Cuanto necesitaríamos de hombres y mujeres que como algunos
seguro lo hacen, se presenten austeros, solidarios, pacíficos, misericordiosos.
Hombres y mujeres que prioricen el bien común antes que sus
intereses egoístas.
Alguno dirá que los malos ejemplos se imitan rápidamente,
pero yo no tengo dudas que si la elección fuese otra, seriamos muchos los que
apreciaríamos su conducta e intentaríamos imitarles y su paso por este mundo no
sería un gris tirando a negro.
Si necesitamos un ejemplo miremos a Jesús, quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a dios como algo a qué aferrarse.
Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la
naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. Y al
manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la
muerte, ¡y muerte de cruz!
Que sanidad traería imitar a un hombre así, que fácil seria
vivir al lado de hombres que lo imiten.
Si seria más difícil vivir esta realidad pero
indefectiblemente tendría una trascendencia eterna.
Atentamente la carta
Claudio Pagura
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