martes, 5 de agosto de 2014

EDITORIAL DEL PROGRAMA RADIAL – LA CARTA – FM COMUNIDAD SUR 94.3 - Claudio Pagura


EDITORIAL DEL PROGRAMA RADIAL – LA CARTA – 

FM COMUNIDAD SUR 94.3



Al grupo de personas a las cuales llamamos ídolos
No sé si ustedes saben,  que muchos en nuestro país y en otros países, por ser ídolos populares los tienen como referentes.
Referentes según algunos diccionarios significa cosa o persona tomada como modelo o patrón de una actividad.
Por lo tanto son observados, admirados y venerados, posición de la cual no reniegan y en la cual, por lo menos así se percibe, se sienten gustosos.
Ahora, no sé si han notado que esto no significa un cheque en blanco para decir cualquier cosa, o hacer cualquier cosa.
No significa que dado su nivel de exposición o su habilidad para el manejo de ciertas virtudes distintivas en distintas facetas de la actividad humana, puedan conducirse de cualquier manera a riesgos de ser imitados.
Debería por lo menos cargarlos de una mayor responsabilidad. Saber que son observados, imitados y tomados como “modelo o patrón de actividad”, debería hacerles entender que todo lo que hagan va a tomar una trascendencia inusitada y por lo tanto deberían cuidarse un poco más.
Lamentablemente no contamos en general con referentes que den ejemplos sanadores para una sociedad enferma.
Los excesos, los descontroles, los vaivenes morales, la soberbia, caracterizan a la mayoría de nuestro ídolos.
Claro, ustedes creen que todo se les perdona, todo se minimiza, porque el buen aporte que hacen en otro sentido, revierte la balanza a su favor.
Pero no es así, ustedes comunican todo. Si practican una endeblez moral, eso comunican, si sus relaciones humanas son gobernadas por la beligerancia, generan relaciones conflictivas. Si sus adicciones toman  estado público, la gente piensa de drogarse o alcoholizarse no esta tan mal.
Si se tiran de un quinto piso, alguno va a querer imitarlos.
Cuanto necesitaríamos de hombres y mujeres que como algunos seguro lo hacen, se presenten austeros, solidarios, pacíficos, misericordiosos.
Hombres y mujeres que prioricen el bien común antes que sus intereses egoístas.
Alguno dirá que los malos ejemplos se imitan rápidamente, pero yo no tengo dudas que si la elección fuese otra, seriamos muchos los que apreciaríamos su conducta e intentaríamos imitarles y su paso por este mundo no sería un gris tirando a negro.
Si necesitamos un ejemplo miremos a Jesús, quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a dios como algo a qué aferrarse.
Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!
Que sanidad traería imitar a un hombre así, que fácil seria vivir al lado de hombres que lo imiten.
Si seria más difícil vivir esta realidad pero indefectiblemente tendría una trascendencia eterna.
Atentamente la carta

Claudio Pagura

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