Las Bienaventuranzas
John
Stott en su libro la Contracultura Cristiana manifiesta:
“Los seguidores de Jesús deben ser diferentes,
diferentes tanto de la iglesia nominal como del mundo secular, diferentes tanto
en lo religioso como en lo irreligioso”.
“Lo que se ve en la iglesia no es contracultura sino
conformismo; no una sociedad que encarna los ideales que ellos tienen, sino
otra versión de la antigua sociedad a la que han resucitado; no vida sino
muerte”.
El cristianismo debe ser necesariamente una contracultura.
En la enseñanza de Jesús encontramos reiteradas veces “mas tú cuando ores.....”,
“más tu cuando hagas tal cosa o la otra......”. Actitudes contrapuesta
con el mundo secular, la moda, las costumbres éticas y morales de un mundo en
bancarrota.
La encrucijada hoy es, ¿ Es posible, es una utopía o una esperanza
gloriosa, el encarnar cada día, en cada acción en cada actitud del corazón las
enseñanzas de Cristo, especialmente las contenidas en Mateo entre los capítulos
5 y 7.
Estos capítulos contienen indudablemente gran parte de
la enseñanza apostólica de la Iglesia primitiva ya que según algunos
historiadores fue escrito setenta años después de Cristo, o sea aproximadamente
treinta y siete años luego de su muerte, resurrección y ascensión y tiene como base el evangelio de
Marcos, el cual no hace mención al
Sermón del Monte.
Muchos historiadores y teólogos, han polemizado
durante siglos acerca de la pertinencia o no del Sermón, si era real, una
utopía, si había sido escrita para esa época determinada y no sería aplicable a
los tiempos que corren, pero todo esto se dio fundamentalmente por la falta de
capacidad humana para encarnar todo los preceptos de vida volcados por Jesús a
sus discípulos.
El célebre escritor ruso León Tolstoi decía:
“La prueba de la observancia de las enseñanzas de
Jesús, es nuestra conciencia del fracaso de lograr la perfección ideal. No se
puede ver hasta que punto nos acercamos a esta perfección; todo lo que vemos es
hasta que punto nos desviamos”.
León Tolstoi defendía la rigurosidad de los mandatos
bíblicos. No consevía a pesar de no poder encarnarlos, una vida cristiana sin
estos preceptos. Sus largos esfuerzos nunca produjeron en el paz ni serenidad,
por el contrario lo atormentaban, sus cartas y publicaciones hasta antes de
morir volvían vez tras vez a su continuo fracaso. En su vida existía un
tremendo antagonismo entre lo real y lo ideal. Y los que lo conocían decían que
era demasiado sincero para engañarse a si mismo. León Tolstoi fue un hombre
terriblemente infeliz, abandonó su familia, su fama, su posesiones, murió como
un vagabundo en una estación rural de ferrocarriles.
Donde esta la médula que nos lleve a hacer de esto
imposible para los hombres posible en Dios.
El movimiento anabaptista, contemporáneo a Lutero,
escogió un enfoque radicalmente diferente al de este, diciendo que todo intento
por suavizar los claros mandatos de Jesús están mal encaminados, muchos de
ellos murieron en el intento.
Cual es el camino, la solución, aquellos que Jesús
remarco y quiso que entendiéramos como el Espíritu que nos debe asistir para
llegar a tener una vida santa, agradable a los ojos de Dios.
Quiero que en estos días nos dediquemos a estudiar
juntos Mateo 5:1-10
“ Viendo a la multitud, subió al monte, y sentándose,
vinieron a él sus discípulos, y abriendo
su boca les enseñaba diciendo: Bienaventurados los pobres en espíritu, porque
de ellos es el reino de los cielos,
Bienaventurados
los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Bienaventurados los mansos,
porque ellos recibirán la tierra por heredad.
Bienaventurados
los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados
los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados
los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados
los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados
los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el
reino de los cielos.
Bienaventurados
sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal
contra vosotros, mintiendo.
Gozaos y
alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así
persiguieron a los profetas que fueron
antes de vosotros.”
En muchas ocasiones, quizás la lectura rápida de este
texto nos llevaría a la conclusión equivocada que el evangelio esta hablando de
varios tipos o características de cristianos. Sin embargo nos encontramos, con
que el Señor no hace otra cosa que marca aquellos principios que necesariamente
deben estar presentes en nuestra vida para que el Sermón del Monte en general
sea realidad y no utopía. Jesús mismo nos comienza a enseñar acerca del
carácter, de las actitudes, de aquellas cosas que quiere que aniden en la
profundidad de nuestro corazón, y que sean el motor, la motivación mayor para
nuestra vida cristiana.
Si no llegamos a entender las bienaventuranzas y el
Sermón del Monte, tampoco entendemos a Jesús.
En griego la palabra utilizada que nosotros traducimos
como bienaventurados, es un palabra muy fuerte, algo así como “Oh, que
afortunados que son Ustedes”.
Jesús en todo momento dijo, afortunados los
desafortunados.
Pero no debemos perder de vista que las ocho
cualidades de carácter que Jesús menciona son nuestra responsabilidad y las
ocho bendiciones el privilegio de ser parte del reino de los cielos.
¡Felices al final del camino y en el camino; felices en esta vida y en
la eterna!
I - Bienaventurados los pobres en espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos,
Algunos creen que los pobres en espíritu son aquellos
que aman la pobreza, que están libres de codicia y amor al dinero; que temen la
riqueza en lugar de amarla y desearla.
No creo que sea una interpretación adecuada.
Los pobres en espíritu son los humildes, los que se
conocen a si mismos, los que están convencidos de pecado. Tienen un profundo
sentido de la asquerosa lepra del pecado, que trajo consigo desde el vientre de
su madre, del que está saturada toda su alma y que corrompe por completo todas
y cada una de sus facultades. Ve cada vez más y más las malas intenciones que
surgen de su raíz pecaminosa: el orgullo y la soberbia de espíritu, la
constante inclinación a pensar de si mismo mas alto de lo que debería pensar,
la sed de la honra y la estima de los demás, el odio y la envidia, el celo o la
venganza, la malicia o amargura, la innata enemistad contra Dios y la
humanidad, que aparece en diez mil formas diferentes; el amor al mundo, la
propia voluntad, los torpes y dañinos deseos que penetran a lo mas profundo del
alma.
Humildad – utilizada por primera vez por Pablo –
proviene del vocablo latín humillitas que significa bajeza, insignificancia o
vileza de estatura o nivel social.
Cuales son entonces las características de un pobre en
espíritu.
1.- Los pobres en espíritu saben que tienen una
necesidad apremiante de redención.
2.- Los pobres en espíritu conocen su dependencia de
Dios.
3.- Los pobres en espíritu ponen su seguridad no en
las cosas sino en Dios y en sus hermanos.
4.- Los pobres en espíritu no tienen sentido exagerado
de su propia importancia, ni una necesidad exagerada de aislamiento.
5.- Los pobres en espíritu esperan poco de la
competencia y mucho de la cooperación.
6.- Los pobres en espíritu saben distinguir entre la
necesidad y el lujo.
7.- Los pobres en espíritu saben esperar, porque han
adquirido una especie de paciencia nacida de saberse dependientes.
8.- Los pobres en espíritu tienen temores mas
realistas y menos exagerados, porque ya saben
que se puede sobrevivir a grandes sufrimientos y necesidades.
9.- Los pobres en espíritu reciben el evangelio de
Jesús como buenas nuevas y no como una amenaza o reprimenda.
10.- Los pobres en espíritu saben responder al llamado
del Evangelio con una entrega sin complicaciones, porque tienen tan poco que perder y están
listos para lo que sea.
11.- El pobre en espíritu es conciente de sus pecados
interiores y exteriores, de su culpa e impotencia.
La
pobreza de espíritu, principia donde en el sentido de culpa y en el termina la
ira de Dios sobre nuestras vidas.
Somos
una comunidad de perdedores, al rendirnos a sus pies perdimos todo y tenemos
que renunciar eternamente a todo lo perdido.
II - Bienaventurados los que
lloran, porque ellos recibirán consolación.
Esta bienaventuranza se podría parafrasear, felices
los infelices. Jesús indudablemente no se refiere a aquellos que lloran por
algún mal de carácter mundano, alguna pérdida de reputación, alguna perdida de
un ser cercano, es válido llorar a veces por esto pero no se refiere a esto.
Los que lloran, lloran deseando a Dios, lloran por el pecado en
general, que lleva a tantas generaciones a un infierno seguro. Bienaventurados
los que lloran, porque esperan la voluntad de Dios para sus vidas , que no
buscan ningún otro consuelo para sus vidas que no sea más y más de Cristo.
La experiencia de la ausencia de Dios nos tiene que
llevar necesariamente a un llanto desconsolado, hasta volver a ver su rostro.
·
No es el llanto de los malcriados.-
·
No es el llanto de los que creen que la voluntad de Dios es cruel para
uno (experiencia)
·
No es el llanto del que extraña lo que dejo en el camino.
El
llanto del que Jesús habla es:
·
El que produce el arrepentimiento.
·
Debemos llorar viendo como cada día generaciones y generaciones se
malogran por el pecado, caminan alegres hacia un destino de muerte eterna. Este
llanto nos debe mover a hacer. Jesús mismo lloró por los pecados de otros.
·
El deseo de tener mas y mas de Cristo.
·
Este llanto profundiza mas y mas nuestra vida espiritual.
Algunas
veces damos demasiada importancia a la gracia y poca al pecado.
La consolación de Dios es que la razón de nuestro llanto ha sido
complacida.
III
- Bienaventurados
los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
Los mansos no son los protegidos de los golpes de la
vida por una torpe insensibilidad. La apatía esta tan distante de la
mansedumbre como de la benignidad. No es por lo tanto ni ignorancia ni
insensibilidad.
La mansedumbre evita todos los extremos, ya sea de exceso o de falta.
No destruye sino mas bien equilibra las afecciones, que Dios nunca se propuso
extirpar de nosotros, a fin de traerlas y someterlas bajo ciertas reglas.
Proporciona ecuanimidad a la mente. Sostiene la balanza fiel para ponderar la
ira, el dolor y el temor, que cuando se emplean contra el pecado, y están reguladas
por la fe y el amor, son como murallas, como baluartes del alma, de manera que
el enemigo no pueda acceder ni hacernos daño alguno.
El manso es afable cono los buenos y clemente con los
malos.
La mansedumbre no se refiere a las acciones exteriores
solamente, el simple enojo, según Jesús es merecedor de juicio.
Jesús escalona la falta de mansedumbre en el trato con
los hermanos de la siguiente manera.
Mat. 5:21 y 22
1.- El que siente dureza en su corazón, cualquier
sensación contraria al amor.
El enojo es admisible solamente contra el pecado y no
contra el pecador.
2.- Cualquiera que le diga Raca (necio), tonto, se
deja dominar por su ira y tiene palabras despectivas
3.- Cualquiera que le diga Fatuo, se deja dominar por
el diablo y estalla en improperios, quedará expuesto al infierno de fuego.
El manso en lo que depende de el esta en paz con todos
los hombres, en paz interior en comunión.
El verdadero manso es el que vive, sorprendido de que
Dios y los hombres puedan pensar tan bien de el y lo traten tan bien como lo
tratan.
Ojo ¡
cuando en mi oración me declaro a mi mismo miserable pecador, demuestro una
actitud sumisa, pero si es otro el que me dice esta verdad que sucede dentro
mío.
Pobres en espiritu,
quebrantados y mansos, son los que estan totalmente preparados para comenzar a
ser tratados por el Señor.
Hasta aquí nos hemos ocupado diligentemente de cortar con los estorbos,
aquellas cosas que impiden nuestra profunda comunión con el Señor, el orgullo, nuestra autosuficiencia, se eliminan
con la pobreza de espíritu, la ligereza e inconciencia que impiden a Dios echar
raíces en el alma son extirpadas por el clamor santo; la ira, la impaciencia y
el descontento, son curados por la mansedumbre.
Todos estos estorbos son extirpados de nuestra alma, todo esto que
despierta falsos anhelos interiores, que
se calma con deseos enfermizos, es extirpado y vuelve el apetito natural de un
espíritu nacido del mismo corazón de Dios, y que tiene hambre y sed de justicia.
IV - Bienaventurados los que tienen
hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
La justicia a la cual se refiere, en mi entender, es
la imagen de Dios, la mente que está en Cristo Jesús. Es toda disposición santa
y celestial reunida, que surge y culmina
en el amor de Dios y en el amor a todos los seres humanos por su causa.
Es la justicia de carácter y conducta que agrada a
Dios.
a.- El hambre y sed son los más fuertes de nuestros apetitos corporales,
así como los espirituales. Una vez despierto en nuestro corazón, absorbe a
todos los demás en un solo gran deseo: el ser renovado a semejanza de aquel que
nos creó.
b.- Desde el momento que comenzamos a tener hambre y sed, estos apetitos no
cesan, sino que son mas exigentes e inoportunos hasta que comamos y bebamos, o
morimos, y no cesarán hasta que queden satisfechos.
c.- El hambre y sed solo se satisfacen con alimentos y bebidas. Si a un
hambriento uno le diera toda la vestimenta o autos, riquezas no le serviría ni
le prestaría atención, todas estas cosas no tienen valor para el, diría
“Estas cosas no deseo, denme de comer o me muero”, no deseará otra cosa
que no sea Cristo.
El religioso se caracteriza por tres cosas:
1.- El no hacer mal a nadie y abstenerse de pecado
exterior, al menos cosas escandalosas.
2.- Hacer el bien, socorrer a los pobres, ser
caritativos.
3.- Usar los medios de gracia tales como concurrir a
las reuniones, participar de la cena del Señor, etc.
Esto no aplaca al que tiene hambre y sed de justicia.
El que tiene hambre y sed de justicia va mucho mas
allá de todo esto.
De que serán en consecuencia saciados. De lo que
anhelan de lo que tienen hambre y sed.
V - Bienaventurados los
misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Cuando mas llenos estemos de la vida de Dios, nos preocuparemos y
ocuparemos con mas diligencia y ternura de quienes están sin Dios en el mundo.
El mundo prefiere aislarse de las miserias, ponerse a
salvo de los dolores, esconder las necesidades.
Misericordia
es compasión por la gente en necesidad. Es aflicción por aquellos que no tienen
hambre de Dios.
Son en
definitiva los que aman a su prójimo como a ellos mismos.
En
griego se distingue claramente misericordia con gracia.
eleos (misericordia) siempre tiene que ver con lo que
percibimos de dolor, miseria y aflicción, todos ellos resultados del pecado.
charis (gracia) siempre tiene que ver con el pecado y la
culpa.
La
primera provee alivio, la segunda perdón. La una cura, sana, ayuda, la otra
limpia y restaura a la posición anterior.
La
misericordia es o genera en nosotros caridad o amor.
·
El amor es sufrido.
·
El amor es paciente para con todas las personas.
·
El amor soporta todas las debilidades, ignorancia,
errores, flaquezas, terquedades y nimiedades en la fe de los hijos de Dios;
toda la malevolencia y la perversidad de los hijos de este mundo.
·
Y sobre todo, no sólo durante algún tiempo, por un
breve período, sino hasta el fin: aún
dando de comer al enemigo cuando tiene hambre, o de beber cuando este
sediento.
·
El amor es benigno, vence con el bien el mal. (suave,
apacible, benévolo).
·
El amor no tiene envidia. Mientras mayor es tu amor,
mayor es el regocijo por las bendiciones de los demás.
·
El amor no es jactancioso. No se apresura o precipita a juzgar. No
pronuncia una severa condena basado una ligera o repentina opinión de la
circunstancia. Algunos ven poco, suponen mucho, y se apresuran a sacar
conclusiones. Hay una vieja regla que dice: “ Tan lejos estoy de creer
fácilmente lo que una persona dice en contra de otra, que no creo ni lo que
dice en contra de si misma.”
·
El amor no se envanece. No induce a que una persona tenga mas alto
concepto de si que el que debe tener. El amor humilla el alma hasta el polvo.
·
El amor no hace nada indebido. No es descortés ni intencionalmente
ofensivo. Honra a todos.
·
El amor no busca lo suyo. No busca su propia ventaja temporal. No
codicia plata ni oro, no desea sino la salvación de los perdidos.
·
El amor no se irrita. Triunfa sobre la irritación. En todas las pruebas
mira a Jesús y por su amor es mas que vencedor.
·
El amor no piensa lo malo. No se trata que ignora, no ve las cosas como
malas, tiene oídos, ojos, escucha y ve. Esto esta claro, pero no deduce algo
como malo, en realidad no supone.
·
El amor no se goza en la injusticia. ¡ Que difícil es no alegrase con
cualquier falta encontrada en sus oponentes por mas que sea injusta.!
·
El amor se regocija en la verdad. Se regocija en todo aquello que causa
la gloria a Dios y promueve la paz y la buena voluntad entre los seres humanos.
·
El amor todo lo sufre. Cualquier mal que ve, oye o conoce, lo disimula
todo lo posible si hacerse ella misma participe de pecados ajenos. Si ve alguna
cosa que no aprueba no se va de boca a menos que sea con la persona
involucrada. El cuentero, chismoso, murmurador o calumniador son
asesinos, asesinos de la reputación del prójimo. John Wesley decía que matar la
reputación de tu prójimo es tanto como cortarle la garganta.
·
El amor todo lo cree. Siempre quiere creer lo mejor, anteponer la mas
favorable interpretación ante todas las cosas.
·
El amor todo lo espera. Se le achaca algún mal vinculado a una persona?
El amor espera que esta relación no sea cierta, que la cosa vinculada nunca
haya ocurrido. Es cierto el hecho? El amor dice: Pero tal vez no fue hecho bajo
las circunstancias mencionadas; así que, conociendo que haya ocurrido, hay
lugar para esperar que no haya sido tan malo como se cree. En apariencia la
acción la acción fue innegablemente mala?
El amor espera que la intención
no lo haya sido. Esta claro que el propósito también fuera malo? El amor dice:
No obstante, no podría haber surgido, ya no de la sosegada disposición del
corazón, sino de un arranque de pasión, o de la vehemencia, que impulsó a la
persona mas allá de si misma? Y aún
cuando quepa duda de que todas las acciones, propósitos y disposiciones
son francamente malas, el amor aún abriga
la esperanza que Dios finalmente levante su brazo y obtenga la victoria.
·
El amor todo lo soporta. Este es el carácter de una persona
verdaderamente misericordiosa, no soporta algunas cosas, todo lo soporta.
La misericordia apunta a las obras anónimas, y algunos se preguntarán
si no tendremos mejor manera de que ocupar nuestro tiempo.
La
recompensa es la misericordia.
En
definitiva con quien estamos teniendo misericordia es con Jesús mismo.
Jesús al finalizar el Padre Nuestro en Mateo 6: “Si perdonáis a los hombres sus ofensas, os
perdonará también a vosotros vuestro padre celestial”.
El mundo encuentra la revancha deliciosa.
Nada nos va a mover tanto al perdón como el
reconocimiento de que nosotros mismos hemos sido perdonados en gran manera.
VI - Bienaventurados los de limpio
corazón, porque ellos verán a Dios.
La
represión y el razonamiento son armas inadecuadas para luchar contra las
impurezas.
El amor
de Dios nos exige que nuestras facultades estén limpias y purificadas para
tener un mayor acercamiento y conocimiento de su presencia.
Dios
puede llenar únicamente lo que esta totalmente vacío.
Jesús luchó duramente con los fariseos por su obsesión con la limpieza
ceremonial y no con la limpieza del corazón. El durante todo el sermón del
monte, no apuntó solamente a abstenerse del acto exterior, sino al interior,
aquel que ve quien escudriña nuestros corazones, “Oísteis que fue dicho: No
cometerás adulterio… el que mira a una mujer para codiciarla……”, un acto
secreto.
La limpieza de corazón habla también de aquellos que
son totalmente sinceros. Salmo 1
Toda su vida, pública y privada, es transparente ante
Dios y los hombres. Su corazón, pensamientos y motivaciones, es limpio sin
mezclarse con nada equívoco o ruin. Aborrece la hipocresía y el engaño y carece
de segundas intenciones.
Dios no admite en nosotros cosa alguna que sea ocasión
para impureza.
Mateo 5:29 dice:
“ Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer,
sácalo, y échalo de ti: pues mejor te es que se perdiera uno de tus miembros, y
no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.”
¿Que pueden ser ocasión de caer?
·
Algunas personas que uno quizás quiere mucho pero son ocasión de ofender
al Señor, si despiertan en ti deseos impuros, sin demorar sepárate de ellos.
·
Toda relación que te acerque al pecado, debe ser cortada violentamente
como dice el texto, cualquier pérdida, sea placeres, riquezas o amigos, es
preferible a la pérdida de tu alma.
·
Cualquier situación, laboral, de estudio, entretenimiento que por sus
características, atenten contra tu salud espiritual.
Como hacer para librarnos:
1.- Debemos tomar esto como algo serie, orar y ayunar.
2.- Busca la ayuda de nuestro hermano mayor para
romper aún cualquier atadura satánica que trate de sumirnos en el pecado.
3.- No consultes al mundo, acerca de las cosas del
reino de Dios.
En su libro la imitación de Cristo, Gerard Zerbolt
expresa:
“Tenemos pues, que resistir las pasiones y los afectos desordenados por
medio de la devoción, la oración y el signo de la cruz, al principio de la
tentación, para que no se vaya haciendo mayor y mas fuerte. Porque con cuanta
mas frecuencia se alberga a en tu mente el afecto a lo que es malo y no es
expulsado instantáneamente, mayor estás haciendo a tu enemigo. No hay paz en el
corazón del hombre carnal, pero la hay en el hombre espiritual y fervoroso.”
VII - Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de
Dios.
Los pacificadores, se refiere aquel que
desea toda clase de bien toda bendición que se orienta tanto a alma como al
cuerpo.
Los pacificadores son
aquellos que amando a Dios y al prójimo detestan y aborrecen profundamente toda clase disputas y controversias, de
desacuerdos y contiendas; por consiguiente
trabajan con todas sus
fuerzas para prevenir que se encienda el fuego del infierno, o
cuando se ha encendido que no se esparza. Se esfuerzan por calmar el espíritu pendenciero de las
personas y si fuera posible reconciliar unos con otros. Preservan la paz y la
restauran donde no existe. El gozo de su corazón es promover, confirmar e
incrementar la buena voluntad entre las personas y especialmente entre los
hijos de Dios, siempre en el gran contexto que brindan las escrituras.
Los pacificadores no son ociosos, siempre están trabajando para el
establecimiento de la paz de Dios, como instrumentos en sus manos, sembrando
las semillas del reino, o regando lo que ya está sembrado.
En la película Gandhi hay
una secuencia entre este y un misionero presbiteriano, caminando juntos se
encuentran con unos jóvenes maleantes, el misionero trataba de huir y Gandhi le
dijo: “ Acaso no dice el N.T. ¿que si tu
enemigo te golpea la mejilla derecha, hay que presentarle la izquierda? El
misionero refunfuño expresando que este pasaje era simplemente metafórico.
Gandhi le dijo: “No estoy seguro, sospecho que quiso decir que hay que ser
valientes, estar dispuestos a recibir golpes, varios golpes, para mostrar que
uno no va a devolver ni a huir. Y cuando uno hace esto, se despierta algo en la
naturaleza, algo que hace que el odio disminuya y su respeto aumente. Creo que
Jesús entendió esto y yo he visto que funciona”.
Martin Luther King, es un
ejemplo también de esto en su lucha por la no violencia. El decía. “El
cristiano siempre ha insistido en que la cruz que cargamos antecede a la corona
que llevamos. Para ser cristiano uno debe tomar la cruz, con todas sus
dificultades, sus angustias y su contenido lleno de tensión, y cargarla hasta
que esa misma cruz nos deje marcados y nos redima hasta conducirnos a ese
camino más excelso que sólo se alcanza por medio del sufrimiento”.
El pacificador no paga con
la misma moneda.
Una de las causas mas
frecuentes de conflictos es la intriga, y la apertura y sinceridad son
esenciales para toda reconciliación. La paz significa también reconciliación.
Paz y apaciguamiento no son
sinónimos. La paz de Dios no es paz a cualquier precio. El costo de su paz es
un costo inmenso, la vida de su propio hijo.
Debemos evitar la “paz
barata”, cuando se proclama Paz, Paz y esta no existe se es un falso profeta y
no un testigo cristiano.
La paz se logra:
1.- Mediante la reprensión
si tu hermano peca.
2.- Nuestra actitud si
somos la parte afectada, es a pesar del dolor al escuchar, librarnos de prejuicios,
esforzarnos por comprender pasivamente los puntos de vistas opuestos.
3.- En los procesos de paz
nos arriesgamos a ser malentendidos, a la ingratitud y al fracaso.
Una vez escuche el concepto
que para que exista una verdadera reconciliación ninguno tiene que perder. En
mi propia experiencia las reconciliaciones se producen cuando las dos partes o
por lo menos un se pierden a si mismos.
VIII - Bienaventurados los que
padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de
los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os
persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y
alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así
persiguieron a los profetas que fueron antes
de vosotros.”
Indudablemente uno podría creer que una persona con estas
características, enumeradas anteriormente, debería ser querida por todos, pero
en realidad no es así. Por tanto el Señor concluye las bienaventuranzas lo que
va a suceder inexorablemente a aquellos que tienen estas siete características.
Podríamos enumerar entonces.
1.- Quienes son los que padecen persecución: Gálatas 4:29 “Como
entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según
el Espíritu” y 1 Juan 3:13-14 dice “Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo
os aborrece. Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos
a los hermanos.” Todos aquellos que están dispuestos a perderlo todo por
Cristo.
2.- Ahora porque se les persigue: una afirmación clara, por causa de la
justicia. Porque son justos, porque son nacido de nuevo, porque quieren vivir
piadosamente en Cristo Jesús, porque no son del mundo. Si no fuera por esto el
mundo sería indulgente con ellos y el mundo amaría lo suyo.
·
Los persiguen porque son pobres en espíritu, según
piensa el mundo, son almas ruines, buenas para nada, indignas de vivir en el
mundo.
·
Porque se conduelen el mundo piensa de ellos que son
criaturas insípidas capaces de abatir el espíritu de cualquier persona con su
visión y dolor por el pecado, matan la alegría inocente y malogran el
compañerismo.
·
Porque son mansos piensa el mundo, son desabridos,
tontos, solo aptos para ser pisoteados.
·
Porque tienen hambre y sed de justicia son un puñado
de fanáticos entusiastas que corren tras utopías.
·
Porque son misericordiosos, amantes de todo, amantes
de inicuos y los desagradecidos, el mundo dice son propiciadores de todo tipo
de maldad.
·
Porque son puros de corazón son gente sin caridad,
el mundo dice de ellos que discriminan, condenan a todo el mundo, excepto a los
de su clase, miserables y blasfemos que pretenden vivir sin pecado.
·
Se les persigue porque son pacificadores, ya que
aprovechan cuanta oportunidad se presenta para hacer bien a todos los seres
humanos.
3.- Quien es el que los
persigue: El mundo según las palabras de Jesús porque no conocen al que nos
envió. Toda esta maraña que el diablo ha armado aún incluyendo a veces a
familiares, amigos, etc. El espíritu de este mundo es diametralmente opuesto al
Espíritu de Cristo.
4.- Como los perseguirán:
Justo en la manera y medida que nuestro sabio Señor de todas las cosas lo vea
más conveniente para su gloria, para el mejor crecimiento de sus hijos, y la
extensión de su reino. El mundo solo es su espada, un instrumento que el usa
según le place.
Nuestra actitud ante la
persecución debe ser una actitud de regocijo. No debemos dejar crecer en
nosotros rencores, afán de revancha, o quizás esperar la conversión de ellos
como para demostrar que teníamos razón.
La persecución va a ser
para nosotros un certificado de autenticidad cristiana.
Indudablemente en este camino, tenemos la
asistencia perfecta de su Espíritu Santo, el encargado de llevarnos cada día de
gloria en gloria, y ser transformados a su imagen perfecta.
Claudio Pagura
La Caldera, Salta – Marzo de 2000
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