“EL CORAZON DE SU MARIDO ESTA EN ELLA CONFIADO”
Desde mi punto de vista, uno de los pasajes más hermosos para hablarles a
las mujeres casadas (y a aquéllas que
esperan casarse), es indiscutiblemente el de Proverbios 31:10-31.
Confieso que durante mucho tiempo me sentí muy por debajo de la realidad de
esta mujer virtuosa. De su lista de cualidades no alcanzaba ni a un veinte por
ciento. Esto, lejos de achicarme me desafió y, salvando las distancias
(especialmente en manualidades, por ser extremadamente torpe con mis manos), me
propuse crecer en todo lo que pudiera. Esto me está llevando toda la vida, pero
sigo firme en mi decisión.
En esta oportunidad, dos textos en particular llamaron mi atención. Si
llegara a escribir un libro, el título que le pondría (aunque sé que podría ser
bochado por extenso) sería: EL CORAZON DE SU MARIDO ESTA EN ELLA CONFIADO (v.
11), y uno de los capítulos: “LE DA ELLA BIEN Y NO MAL TODOS LOS DIAS DE SU
VIDA”. Y a esto quiero referirme.
¿Qué sería “darle bien y no mal todos los días de su vida?.” ¿SIEMPRE BIEN?
Y ¡TODOS LOS DIAS DE SU VIDA!!! Todos los días de su vida, SON TODOS LOS DIAS
DE MI VIDA, ¿Podré? VALE LA PENA INTENTARLO.
Algunas cosas que podrían ayudarnos:
1.- EL HABLAR BIEN
Por naturaleza tenemos la tendencia de pensar negativamente y expresarlo
verbalmente. Y yo no soy la excepción. Sobre ésto el Señor ha tratado conmigo a
través de los años. Recuerdo en una oportunidad, mientras estaba resaltando las
muchas cosas que pensaba mi esposo hacía mal, y evidentemente habiéndolo
cansado con mis constantes críticas, él me corrigió firmemente: “Y vos, sos la
chica diez? Y comenzó a enumerar una
lista de lo que él pensaba yo no sabía hacer (y de verdad era muy larga),” pero
no me importa –continuó- te amo y te acepto como sos”.
Durante una reunión de matrimonios, se le preguntó a una hermana si podía
decir una virtud de su marido. Ella pensó y dijo: No, no tiene ninguna. Pero
por qué te casaste con él ? A lo que contestó: Eso es lo que me pregunto ¡POR
QUE ME CASE!!!!
SI HABLO MAL DE MI ESPOSO, NO PUEDO DARLE BIEN
(Sólo deberíamos charlar con
personas maduras é idóneas sobre situaciones no resueltas en el matrimonio).
2.- EL
DESEARLE BIEN
¡Cuántas veces, en todos estos años, he visto y escuchado a mujeres
cristianas resentidas con sus esposos! Esperando que ellos cambien, sin
intentar siquiera un pequeño acto de negación de sí mismas en aras de un
mejoramiento en sus relaciones. Anteponiendo sentimientos egoístas,
comerciando con sus afectos, dejando de
lado los mandamientos de Dios!
El “desearle bien” significa que en lo que le toque hacer, tenga el apoyo,
la entrega y el reconocimiento de la esposa. Que crezca, que se desarrolle. QUE
SEA EL MEJOR (el mejor carpintero, el mejor albañil, el mejor médico, el mejor pastor…) PARA MI. Tiene que
ver con la actitud que se toma frente a la realidad que vive cada una (puede
ser una situación difícil de sobrellevar la que traba el “desearle bien”). Para
esto se necesita la maravillosa y abundante gracia del Señor que nos capacita
para hacer esto que El nos pide y que nos resulta imposible en nuestras
fuerzas.
SI
LE DESEO MAL, NO PUEDO DARLE BIEN.
3.- EL HACERLE BIEN
Veo, cada vez con más frecuencia, que los maridos llegan a sus casas y
tienen que realizar las tareas hogareñas. No estoy en contra de que el esposo
ayude a su esposa (más en estos tiempos), pero sí en que se le espere para
hacer lo que bien pudo estar hecho antes de que él llegue. Por ejemplo: Siempre
he tratado (y también he trabajado afuera) de que la comida esté lista cuando
regresa a casa (ya sea del trabajo, de una reunión, de lo que sea). Que tenga
ropa limpia y planchada cuando abre el
cajón del placard. Que si es tarde, los niños estén bañados y acostados (aunque
estas cosas parezcan nimiedades o futilidades son muy importantes).
El hacerle bien tiene que ver
con cubrir sus necesidades en todo
sentido (ustedes me entienden cuando digo en todo sentido). Atenderlo, cuidarlo,
reconocerlo, valorarlo y expresar nuestra opinión cuando se equivoca.
Cuando teníamos nuestros hijos pequeños (tres de los cuatro que tuvimos
nacieron en tres años y cuatro meses), yo estaba “bastante ocupada” con su
atención y cuidado. Estando en una reunión de grupo familiar, unos hermanos me
preguntaron cual era la tarea que desempeñaba en la obra. Quedé petrificada
pensando en mi mundo de pañales (no se usaban descartables), mamaderas, llantos y cansancio
infinito…. Mi esposo contestó cortésmente: “Ella permite que yo pueda hacer mi
trabajo en paz”.
Y
éste ha sido mi anhelo todos estos años (llevamos treinta y ocho de casados) .Sabe que mi oración y mi apoyo
están siempre con él y con todo su ministerio.
El v. 23: “Su marido es conocido en las puertas, cuando se sienta con los ancianos
de la tierra”. Según la
Paráfrasis : “Su esposo es ilustre, pues ocupa un sitio en la
cámara del consejo, junto a los demás notables del pueblo”. Estos eran
reconocidos y respetados como autoridad. Según la Biblia Plenitud , este texto
está relacionado con Prov. 12:4 “La mujer virtuosa es corona de su marido”.
Ella, con su comportamiento, adorna y da autoridad a su esposo. Yo quiero ésto
para mí.
SI
LE HAGO MAL, NO PUEDO DARLE BIEN.
Todo esto no va en detrimento de lo que como mujeres podemos alcanzar o
realizar (si no, fijemos nuestra mirada en la mujer de Proverbios: es
trabajadora, inteligente, misericordiosa y sabia. Mujer de negocios y artesana.
Empresaria, pero sobre todo, temerosa de Dios).
Tal vez alguna esté pensando, al leer estas líneas, “esta hermana no conoce
a mi marido” Sin embargo esto es lo que la Palabra de Dios dice que debemos hacer (darle
bien y no mal), independientemente del comportamiento del varón. Recuerden que
el hombre deberá hacer lo que le corresponda, que no es poca cosa. ¡QUÉ
ALGUIEN SE LO DIGA, POR FAVOR!!!!
¿DIFICIL? ¿IMPOSIBLE? TODO ES
POSIBLE SI PODEMOS CREER.
“PUES ESTE ES EL AMOR A
DIOS, QUE GUARDEMOS SUS MANDAMIENTOS, Y SUS MANDAMIENTOS NO SON GRAVOSOS” (1ª.
Juan 5:3)
(Extraído de la Revista "Una Comunidad Diferente")
Muy lindo el artículo. Para pensar y aplicar! Desde tandil gracias claudio¡ que dios te siga bendiciendo¡ ana
ResponderEliminarHola Silvia, muchísimas gracias por el artículo... es tan maravilloso poder ser la mujer de la que habla proverbios... experimento a diario como el corazón de mi esposo descansa en mi y no hay palabras para expresar lo lindo que se siente saber que estás haciendo un buen trabajo.
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